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About Le Vow

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A cerca de Le Vow 

Aquellos primeros años
En 1993, cuatro amigos de la infancia se unen en su ciudad natal de La Paz (Bolivia) para crear un experimento musical único. Hablamos de Carlos Gabriel Carafa "Charly" (guitarra), Javier Valle "Bishop" (bajo), Rodrigo Valle "Tivo" (guitarras y teclados) y Marco Salinas "Jansen" (batería). Llevados por su curiosidad sonora, pasan un año fusionando influencias eclécticas en busca de la base visceral de aquello que más tarde se convertiría en Le Vow. 


Hacia 1995, bajo el nombre Minim Poultice, el grupo debuta en el anfiteatro del Hospital Gastroenterológico Boliviano - Japonés, un escenario inusual para un primer concierto. El show genera una reacción inesperada que pone a la banda en el foco de los medios y da pie a la grabación de su primer tema original, "Dying Prey". Los dos años siguientes los aprovechan para definir su propuesta musical, crean inquietantes piezas instrumentales que resuenan en las emisoras de radio y les abren paso en la escena underground boliviana.Una revolución shoegaze.


Todo cambia en 1997 cuando se une a la banda la vocalista Marylinda De Witt. Sus voces etéreas amplían la paleta creativa de la banda. Ya renacidos como Le Vow, el primer grupo shoegaze de Bolivia, fusionan con solvencia una suerte de rock gótico —oscuro, hipnótico y de texturas de trip-hop— e irrumpen con fuerza en el El Socavón, el icónico escenario roquero de La Paz. La electrizante actuación recibe críticas entusiastas que los catapulta al circuito musical de la ciudad. Un EP promocional con "Low Bow Song" y "Sphynx Noise" siguen a su despegue. No obstante, la partida de De Witt a mediados de ese mismo año, abre paso a Geraldine O’Brien "Gerald", cuya impactante voz y personalidad harán que se convierta en el “quinto elemento” del grupo, la nueva y definitiva firma vocal de Le Vow. Triunfos DIY y fama nacional.


En 1998, Le Vow lanza su álbum debut titulado Antisymmetry, un clásico de culto, con temas como "Free for Tea" y "Vermelho", omnipresentes en las estaciones de radio locales. Su ética DIY da frutos: aforo completo en salas de música, participación en festivales y un premio a la "Mejor actuación en vivo" en el Earth Dance Festival de Bolivia donde la banda fusiona shoegaze con arreglos tipo mantra entre su repertorio, todo ello bajo el onírico atardecer en los parajes del Cañón de Los Álamos, en las afueras de La Paz. Hacia finales del año tienen lugar apariciones en televisión, incluido un especial en directo de una hora en la red PAT; y la primera gira nacional del grupo, en la que la banda presenta temas inéditos de su segundo LP:  Minim Poultice. Una alquimia en vivo y ambiciones teatrales.


El nuevo milenio lleva a Le Vow a embarcarse en audaces experimentos musicales. La grabación en directo de Temper Tantrum (El Berrinche) en el pub Equinoccio será transmitida a nivel nacional con una cruda versión en vivo de su sencillo "Vermelho". Ese mismo año, el grupo compone la banda sonora de una adaptación teatral de Batman: The Killing Joke —un soundtrack oscuro e hipnótico que se convierte en su siguiente LP—, con una extraordinaria acogida por la crítica que elogia la producción original y los lleva a alcanzar el clímax en el Festival del Día contra el abuso de drogas ante más de diez mil fans que vibran con sus guitarras envolventes.


Enseguida surgen grietas en el interior de la banda: la salida abrupta de Gerald estanca el lanzamiento de Minim Poultice y deja al grupo en una encrucijada. Reinvención instrumental y sueños globales.


Le Vow decide entonces prescindir de voces y emprende una colaboración con la compañía de danza contemporánea Kathak en su espectáculo: Déjà Vu, una fusión de música en vivo y coreografía. En 2002 el retorno de Gerald a Le Vow aviva el fuego interior de la banda y ven la luz los demos para su siguiente álbum: Spinning Volts. Mientras el productor Martín Joffre reinventa y pule una versión de Antisymmetry, la producción de Ricardo Sasaki moldea la nueva propuesta de la banda. 
De la mano del mánager Juan Carlos Carrasco, el grupo lanza Le Vow: The Collection, una edición limitada de doscientas cincuenta copias con cuatro álbumes, incluido el aclamado Spinning Volts, y sus brutales sencillos "Headless Nonsense" y "Head Out".


En 2003, impulsados por Regina Claros de Sony Music, Le Vow se traslada de La Paz a Londres. Las letras en inglés de Gerald resuenan en Candem, en locales icónicos como The Dublin Castle y Bull and Gate en el norte de la capital.  Sin embargo, pronto el caos fragmenta al grupo y ya por el 2005, solo Charly y Bishop permanecen en el Reino Unido explorando proyectos de World Music.
Durante un breve reencuentro de la banda en Londres en 2006 tienen lugar las espontáneas sesiones de Le Vow en los altos del convento de la iglesia St. Anselm’s, en Vauxhall (sur de Londres). Estas incursiones reviven la chispa telúrica del grupo y ayudan a concebir la futura dirección y senda de la banda.Sinfonías visuales y un regreso a casa.


De 2007 a 2012 Le Vow se reinventa como una fuerza conceptual e instrumental. El baterista Ramiro "Ramer" Lobatón se une a la banda en 2012 reemplazando a Marco Salinas. Si bien los miembros se encuentran dispersos entre La Paz, Londres y Pekín, son capaces de crear dos nuevos álbumes en los que las voces brillan como texturas no narrativas. Se trata de: Places for Ambar Passions en 2012 e Ícono Monocromático en 2017. Este último será presentado en 2018 en un concierto cinematográfico de proyecciones hipnóticas en la Cinemateca Boliviana de La Paz, siendo aclamado por la crítica como su obra maestra. When are we? Última Zero y un círculo completo.


Última Zero (2019) marca un regreso a las raíces —una carta de amor a la simplicidad lírica-estribillo— tocado por la varita mágica del productor Fernando Padrón. Si bien la pandemia retrasa su lanzamiento, Le Vow se dedica a crear contenido inmersivo online que anticipa el pospuesto lanzamiento. En 2021, se da a conocer el explosivo sencillo "Massive", un adelanto de su séptimo LP, puro testimonio de que el grupo sigue en plena evolución. Es en este punto que la banda, ante la realidad "satélite" pandémica, decide incursionar en su octavo LP: Vesica Piscis. Una nueva elipse en su espiral creativa.


When are we? ¿Ahora es cuándo? Y es este un “cuándo” que interpela tanto a cada uno de los componentes de la banda como al gran escenario que gira y gira sin detenerse. Esta parece ser la envolvente pregunta sin respuesta que Le Vow plantea a cada etapa y así llevan treinta años. Pero como bien conoce el arte, la pregunta no siempre precisa de una respuesta, y su mero planteamiento es suficiente razón creativa. Lo importante no es la respuesta, más bien la inquietud que genera la misma cuestión. Hay quien contestó de este modo: hoy es siempre todavía.
Y de las alturas de La Paz al brillo londinense, entre rupturas, renacimientos y una creatividad sin fronteras, la saga de Le Vow es un testimonio de reinvención. Tres décadas después, siguen presentes aquellos alquimistas sónicos del pasado fieles a su arte, a sus fans y al espíritu inquieto del rock.

About - Le Vow 

Those Early Years 
In 1993, four childhood friends came together in their hometown of La Paz, Bolivia, to forge a unique musical experiment. The group consisted of Carlos Gabriel Carafa "Charly" (guitar), Javier Valle "Bishop" (bass), Rodrigo Valle "Tivo" (guitars and keyboards), and Marco Salinas "Jansen" (drums). Driven by sonic curiosity, they spent a year fusing eclectic influences to lay the visceral foundation for what would later become Le Vow.

By 1995, under the name Minim Poultice, the band debuted at the amphitheater of the Bolivian-Japanese Gastroenterological Hospital —an unconventional stage for a first concert. The show sparked an unexpected reaction, thrusting the band into the media spotlight and leading to the recording of their first original track, "Dying Prey". Over the next two years, they honed their musical identity, crafting haunting instrumental pieces that resonated on radio stations and carved their path into Bolivia’s underground scene. A Shoegaze Revolution.


Everything changed in 1997 with the addition of vocalist Marylinda De Witt. Her ethereal vocals expanded the band’s creative palette. Reborn as Le Vow, Bolivia’s first shoegaze act, they masterfully blended dark, hypnotic gothic rock with trip-hop textures, making a powerful entrance at El Socavón, La Paz’s iconic rock venue. Their electrifying performance earned rave reviews, propelling them into the city’s music circuit. A promotional EP featuring "Low Bow Song" and "Sphynx Noise" followed their rise. However, De Witt’s departure mid-year paved the way for Geraldine O’Brien "Gerald", whose striking voice and persona solidified her as the band’s "fifth element" and Le Vow’s definitive vocal signature. DIY Triumphs & National Fame.


In 1998, Le Vow released their debut album Antisymmetry, a cult classic that saw tracks like "Free for Tea" and "Vermelho" dominate local airwaves. Their DIY ethos paid off: sold-out venues, festival slots, and a "Best Live Performance" award at Bolivia’s Earth Dance Festival, where they merged shoegaze with mantra-like arrangements under the dreamy sunset of Cañón de Los Álamos near La Paz. By year’s end, they appeared on TV, including a live hour-long special on PAT Network, and embarked on their first national tour, previewing unreleased tracks from their sophomore LP, Minim Poultice. Live Alchemy & Theatrical Ambitions.


The new millennium saw Le Vow venture into bold experiments. A live recording of Temper Tantrum at Equinoccio Pub featured a raw rendition of "Vermelho", broadcast nationwide. That same year, they composed the dark, hypnotic soundtrack for a theatrical adaptation of Batman: The Killing Joke —later released as their next LP. Critics praised its originality, and the band peaked at the Anti-Drug Abuse Day Festival, electrifying over 10,000 fans. Internal cracks soon emerged: Gerald’s abrupt exit stalled Minim Poultice’s release, leaving the group at a crossroads. Instrumental Reinvention & Global Dreams.


Le Vow abandoned vocals and collaborated with contemporary dance company Kathak on Déjà Vu, a mesmerizing fusion of live music and choreography. Gerald’s return in 2002 reignited their fire, yielding demos for Spinning Volts. Producer Martín Joffre reimagined Antisymmetry, while Ricardo Sasaki shaped their new sound. Managed by Juan Carlos Carrasco, they released Le Vow: The Collection —a 250-copy limited edition box set featuring four albums, including the acclaimed Spinning Volts with its gritty singles "Headless Nonsense" and "Head Out". In 2003, guided by Regina Claros of Sony Music, Le Vow relocated from La Paz to London. Gerald’s English lyrics resonated in Camden’s iconic venues like The Dublin Castle and Bull and Gate. Yet, chaos soon fractured the group; by 2005, only Charly and Bishop remained in the UK, exploring World Music projects. A brief 2006 reunion in London sparked spontaneous sessions at St. Anselm’s Church Convent in Vauxhall, reigniting the band’s primal energy and shaping their future direction. Visual Symphonies & A Homecoming.


From 2007 to 2012, Le Vow reinvented themselves as a conceptual, instrumental force. Drummer Ramiro "Ramer" Lobatón joined in 2012, replacing Marco Salinas. Despite members scattered across La Paz, London, and Beijing, they created two albums where vocals shimmered as non-narrative textures: Places for Ambar Passions (2013) and Ícono Monocromático (2017). The latter premiered in 2018 as a cinematic concert with hypnotic projections at La Paz’s Cinemateca Boliviana, hailed by critics as their masterpiece. When Are We? Última Zero & A Full Circle.


Última Zero (2019) marked a return to roots —a love letter to verse-chorus simplicity— polished by producer Fernando Padrón’s magic touch. Though delayed by the pandemic, Le Vow crafted immersive online content teasing its release. In 2021, the explosive single "Massive" previewed their seventh LP, proving the band’s relentless evolution. Amid the pandemic’s "satellite reality," they embarked on their eighth LP, Vesica Piscis —a new ellipse in their creative spiral. When are we? Is now the time? This "when" interrogates both the band’s members and the ceaselessly turning world stage. For three decades, Le Vow has posed this enveloping, unanswered question at every juncture. But as art knows well, the question itself —not the answer— fuels creativity. What matters is the restlessness it stirs. As one reply goes: Today is always still.


From La Paz’s heights to London’s glow, through fractures, rebirths, and boundless creativity, Le Vow’s saga is a testament to reinvention. Three decades on, these sonic alchemists remain faithful to their art, fans, and the restless spirit of rock.

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